domingo, 21 de diciembre de 2008

Yo era un hombre bueno

Hoy me resuena en la cabeza esa vieja canción que se llama El fantasma de Cantervill (se escribirá así?). Y no se porqué la asocio con viejos estados ya olvidados.
Por qué será que antes, digamos hace unos años para no entrar a hilar fino, yo apoyaba la cabeza en la almohada y dormía.
De una forma envidiable. Como quién no le debe nada a nadie diría mi abuelita en paz descanse.
Era cansancio? Inconciencia? Vaya uno a saber.
Lo mismo que el humor a la mañana. Amanece que no es poco! Ya que estamos con las frases hechas a que resistirse.
Un nuevo día era exactamente eso. Algo para estrenar. Un comienzo. Todo puede pasar. Y seguramente sería bueno.
Hoy que no sólo pasaron años en mi vida la cosa cambió.
Y mucho.
En primera medida el insomnio.
Las noches son eternas. Mis ojos cansados negocian con mi cabeza que no para de retozar.
Y sigue dando y dando vueltas. Y las cabezas cuando retozan normalmente no lo hacen por lugares paradisíacos o amigables. No , que va!
Se van a rincones tórridos, oscuros, con ruidos que no son armónicos. Y están habitados por personajes que tienen cuentas para cobrarme. O reproches para hacerme. O cosas de que culparme. No, no es un paseo.
Así puedo estar horas. Y si por alguna razón caigo en la cuenta de que no puedo dormir será peor. será el justo momento donde la lucha entre el no puedo y tengo que librarán su batalla eterna. Y daré cuenta de cada segundo que pasa lastimosamente.
A la mañana otro tanto.
Ojos secos, cansancio de ese que se instala en la espalda como un peso de cien kilos.
Una velada conciencia de que otro día no es una esperanza. Es un trabajo a realizar.
Y antes no era así. Pero ahora sí.
No se que día las cosas se convirtieron en esto que se va haciendo cotidiano.
Por ahora lucho contra el estado de no humor (no me animo al mal humor) y las más de las veces logro hechizarlo y convertirlo en un aceptable andar por el día.
Pero mañana será igual de fácil?
O esto es una cuesta que hay que ir subiendo?
Estoy llena de preguntas que no quiero responder.
Y de miedos.
Será esto volverse vieja? O esto es volverse tonta nomás?

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