lunes, 18 de mayo de 2009

Hoy se murió un poeta

Hoy se murió un poeta. No hablo de Mario Benedetti que fue un mayúsculo reconocido por todos cuya obra queda para los que vienen.
Hablo de Juan. Hasta el nombre es símple, como fue su vida. Sembrada de errores y de sueños imposibles. Era básicamente un poeta sin serlo. Casi la antítesis del Mario que murío el mismo día que él. Será casualidad?
Juan no se animaba a decir que era poeta. Bajaba la voz, y la mirada. Casi disculpándose confesaba que escribía sonetos, como Calderón. Pero rápido aclaraba que no quería compararse, por miedo tal vez a las comparaciones.
Vivió esas vidas opacas que viven muchos. Como el de la canción del hombrecito del sombrero gris.
Te acrodás:caminaba por la calle mayor, del balcón de su amada a su casa a escribir, esos versos...
Así se me representa hoy que ya no está. Se lo comió el cáncer. Fue aminorando la marcha, se dejó ir.
Y lo llorarán unos pocos. Lo recordarán cada tanto. No como a Benedetti que vivirá por siempre en su pueblo.
Me pregunto qué hace que algunos vuelen tan alto y otros con las mismas alas no puedan siquiera remontar.
De joven iba al Tortoni. En ese secreto anhelo de que alguien lo pare un día para preguntarle de quién eran esos hermosos versos que leía.
Nunca sucedió.
Apiló hojas que ya están amarillas, llenas de vida y de sueños y de dolor y de urgencias.
No usaba su nombre claro, allí en los versos se llamaba Candelario Pérez. Usando el apellido de su madre como para identificarse con algo.
Casi nadie pudo leerlo. Ni juzgarlo. Ni permitirle hacer más real el sueño. Era una mezcla de pudor y de inocencia lo que hacía que deje siempre las hojas en la valija.
Alentarlo no sirvió casi de nada nunca. Sabía como un designio que no iba a disfrutar del éxito que algunos tienen. Y lo aceptó como aceptaba todo en la vida. Con resignación casi malsana.
Y dejó que la vida lo viviera sin estirar la mano.
Se fue sin ruido. Para ser olvidado. En una última metáfora de lo que no pudo ser.
No hubo noticia en su muerte. Era esperada. Como no hubo noticia en su vida.
Si hubiera podido cambiar algo no tuvo ganas.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Buscando "panaderos"

Nada más intrascendente en mi vida que ese yuyito que solíamos llamar "panadero". Ese que tiene una flor cuya particularidad consiste en que al soplarla se desarma como un copo de nieve.
Eso era hasta ayer, claro.
Hoy no puedo evitar caminar mirando para abajo. Buscándolos como si buscara una razón. Escudriñando cada rincón de la nada que suele posarse en las veredas. Entre los jardínes de otros.
Y si llego a encontrar alguno me da un respíngo el espíritu, lo junto y atesoro hasta que llegue mi nieto a visitarme.
Es que tienen un influjo para él que se le ilumina la mirada de sólo ponérselos delante. Y llena los pulmones de aire y sopla esperando el milagro. Y corre tras cada trocito y se ríe y me río.
Eso me hizo pensar.
Con cuántas otras cosas me ira a pasar lo mismo?
Ni recuerdo la última vez que me di cuenta que existían los panaderos.
Se me contagió la inocencia. Me prestó ojos nuevos (como diría Osho) para mirar lo cotidiano.
Ando como estrenando alma con la tibieza de los que no tienen maldad.
Qué bien se siente.
Hago esfuerzos para traer a la mente lo que me atormenta cuando me olvido de lo que de verdad importa.
Hoy la vida me dio un respiro.

viernes, 1 de mayo de 2009

Sirven de algo los barbijos

Estoy entre ponerme racional y comenzar a investigar todo lo que pueda sobre esta gripe porcina que ya no quieren que se titule así porque no hay que echarle la culpa a los pobres chanchos y bajar cortina.
Cuál sería una actitud madura y sana?
La verdad es que descreo de casi todo lo que leo por aquí y por allá.
Yo no se si estaré contagiada por el "espíritu golpista" y ya todo lo que venga en formato de información me huele mal o mi mente está provocando un bypass a lo que entra para que no me afecte.
Estaré haciendo transferencia con la información política que suena toda poco convincente y se le ve la marca en el orillo? Nunca antes me había pasado en ponerme tan escéptica con todo lo que leo. Nunca.
Incluso hubo una época en la que yo consideraba que si estaba escrito, si lo había leído era incuestionable. Esos tiempos claro, ya pasaron hace rato.
Lo cierto es que algunas cosas de las que leo me provocan una especie de estrujamiento en el alma.
Por ejemplo el hecho de que le digan a las personas que eviten saludarse teniendo contacto físico. Darse la mano o un simple beso afectuoso puede ser hoy una irresponsabilidad. Me imagino a las madres dicíendoselo a los chicos antes de salir de la casa :"ya sabe mijo, nada de darle beso al amiguito cuando lo vea en un rato".
Igual me pasa con esto de llegar al nivel de alerta 6. Parece que entre las reglas de este nivel de alerta estaría el cierre de fronteras. Suena a película de domingo a la tarde. Suena a insulto al hermano.
Por otro lado me digo que no es para tomarlo tan a la sencilla en realidad. Que hay gente que está muriendo debido a este tema. No se porque algunos mueren y otros no. Supongo que será por esas complicaciones que tendrán que ver con cómo llegó a la enfermedad uno. No lo se realmente.
En algun lugar de mi ser se activa una lucesita que dice que no estoy viviendo esto. Que suena a teoría del complot, como las torres gemelas, como la muerte de Kennedy.
Siento que desvarío. Que estoy jugando con los conceptos y que todo es una gran confusión.
Yo solía ser una persona seria antes. No me pasaban estas cosas. Pero ahora si me pasan.
No se si será la edad dado que estoy entrando en la menopausia y eso en si mismo debe ser una revolución hormonal que tranquilamente puede justificar mi falta de juicio.
La cosa es que todo esto no me cierra.
A alguien le pasa?
Soy yo?
Estoy preocupada, muy preocupada por algo en lo que ni siquiera creo.
No es sano. No es cuerdo a todas luces.