domingo, 1 de agosto de 2010

Pregunto. . .

lunes, 22 de febrero de 2010

Las cinco dificultades para decir la verdad


“Cuando el delito se multiplica, nadie quiere verlo.”
“Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad”
“El arte, cuando es bueno, es siempre entretenimiento.”
“El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma.”
“Generalmente las revoluciones se producen en los callejones sin salida.”
“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.”
“Señores, no estén tan contentos con la derrota [de Hitler]. Porque aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al Bastardo, la Puta que lo parió está caliente de nuevo” (6 de mayo de 1945, probablemente se refiere a la patriotería y xenofobia popular).
“Sr. Wurlitzer, en este momento estoy en posición de recibir su órgano.”
“Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño.”
“¿Qué es el robo de un banco en comparación con fundar uno?”
“Con la guerra aumentan las propiedades de los hacendados, aumenta la miseria de los miserables, aumentan los discursos del general, y crece el silencio de los hombres”
“El hombre que no debe seguir tal como es, es necesario verlo también como podría ser y acostumbrarse a esa visión”
“Esos que pretenden, para reformarnos, vencer nuestro instinto criminal, que nos den primero de comer. De moral hablaremos después. Esos que no se olvidan de cuidar nuestra formación, sin que por ello dejen de engordar, escuchen esto: por más que le den vueltas, primero es comer, y después de hartos ¡venga la moral!”
“Las madres de los soldados muertos son jueces de la guerra”
“Un hombre debe tener por lo menos dos vicios, uno solo es demasiado”
Extracto de Berlton Brecht

jueves, 11 de febrero de 2010

La vida como debería ser


Se debería empezar muriendo, así ese trauma quedaría superado.

Luego te despiertas en un hogar de ancianos, mejorando día a día.

Después te echan de la residencia porque estás bien, y lo primero que haces es cobrar tu pensión…

Luego, en tu primer día de trabajo, te dan un reloj de oro. Trabajas 40 años hasta que seas bastante jóven como para disfrutar del retiro de la vida laboral.

Entonces vas de fiesta en fiesta, tomás alcohol, practicás mucho el sexo y no tenés problemas graves.

Después, te preparás para empezar a estudiar… Empezás el cole, jugando con tus amigos, sin ningún tipo de obligación, hasta que seas bebé.

Y los últimos 9 meses, te la pasás flotando tranquilo, con calefacción central, roomservice, etc, etc.

Y al final… ¡Abandonás este mundo con un terrible y descomunal ORGASMO!

La autoría de este texto se adjudica al genial Quino. No pude verificar adecuadamente la fuente.

martes, 26 de enero de 2010

Haití nos hizo mostrar la hilacha


Pasaron cientos de miles de muertos. Hace diferencia en nuestras cabezas? Las de nosotros los otros, los que no sentimos temblar el piso, ni hambre, ni miedo, ni desasosiego, ni cansancio tal que nos impida buscar nuestros muertos.
Cómo reaccionamos frente a tamaño horror?
Nos arrodillamos a rezar, nos arremangamos para tejer algo que cubra un cuerpo desnudo?
No.
Mandamos armas, muchos soldados, con grandes y temerarias herramientas de terror que pongan órden a la muerte ajena.

Si hasta da risa.
EEUU siempre al frente si alguien deja espacio. Y Haití lo deja porque esta enferma de desnutrición y olvido.
Quiso alguna vez ser un bastión de la libertad, cómo olvidarlo. Y cómo perdonarlo también.
Paga una y mil veces la osadía de ser una libertina.
A la muerte, al dolor, a la horfandad le mandamos armas.
Si hasta da risa.
Uniformes para desalentar, coroneles que marcan el rumbo. Pero qué rumbo? Hacia dónde queremos ayudar a volver a Haití?
Ahora ellos , que saben como se lidia con la muerte ,porque están acostumbrados a provocarla serán los guardianes de Haití.
Pobrecitos de ellos.
Antes el hambre, luego la muerte, y ahora nosotros.
Si hasta da risa.

Estimado Señor Futuro


Estimado Señor Futuro,
Le estoy escribiendo esta carta para pedirle un favor.
Usted sabrá disculpar la molestia.
No, no tema, no es que quiera conocerlo.
Ha de ser usted un señor muy solicitado,
habrá tanta gente que querrá tener el gusto, pero yo no.
Cuando alguna gitana me atrapa la mano para leerme el porvenir, salgo corriendo a la disparada antes de que ella pueda cometer semejante crueldad.
Y sin embargo, usted, misterioso señor, es la promesa que nuestros pasos persiguen queriendo sentido y destino.
Y es este mundo, este mundo y no otro mundo, el lugar donde usted nos espera.
A mí, y a los muchos que no creemos en los "dioses" que nos prometen otras vidas en los lejanísimos hoteles del Más Allá.
Y ahí está el problema, señor Futuro.
Nos estamos quedando sin mundo.
Los violentos lo patean como si fuera una pelota.
Juegan con él "los señores de la guerra"
como si fuera una granada de mano,
y los voraces lo exprimen como si fuera un limón.
A este paso, me temo, más temprano que tarde,
el mundo podría no ser más que una piedra muerta girando en el espacio, sin tierra, sin agua, sin aire y sin alma.
De eso se trata, señor Futuro.
Yo le pido, nosotros le pedimos, que no se deje desalojar.
Para estar, para ser, necesitamos que usted siga estando,
que usted siga siendo, que usted nos ayude a defender su casa,
que es la casa de tiempo.
Háganos esa gauchada, por favor.
A nosotros, a los otros, y a los otros que vendrán después,
si tenemos un después...
Le saluda atentamente:
Un terrestre.
Autor: Eduardo Galeano