acabo de llegar a casa
con una bolsa de plástico
cargada de galletas
de esas que ponen de aperitivo con el café
y que pocos
por no decir nadie
se la toman
son las que mi abuela recoge
con cariño y mucho esmero
de su poleo
todas las mañanas
en la cafetería
y las guarda
como un preciado tesoro
para dármelas
de veinte en veinte
o de treinta en treinta
lo hace de corazón
creyendo que me gustan
y yo la miento
diciéndole
que en mi casa
con el poleo
no es otra cosa lo que tomo
y todo lo hago
para que no se sienta peor
de lo que ya está
aunque luego sea yo
el que se encuentre
como un miserable
delante del cubo de basura
despidiendo
con la mirada
a las galletas
Angel Muñoz
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