domingo, 25 de enero de 2009

Consejos para los que empiezan una terapia

No es la primera vez que empiezo una terapia.
Pero nunca pude ser "dada de alta"(existirá eso?) de un psicólogo. Seguramente debido a mi inconstancia en el tema. No debe haber más culpables.
Cosas que noté de una. Siempre siempre al comenzar una terapia comienza un romance. Bah, en realidad son dos los enamoramientos.
Uno con el/la terapeuta. Dicen que es necesario pero es feo vivirlo cuando no es uno el analizado. Cuando alguien inicia una terapia, sobre todo por primera vez, comienza a utilizar una frase odiosa y recurrente: "dice mi terapeuta/psicologo/analista que ..."
Esta nueva costumbre es muy incómoda para las personas allegadas a quien comienza una serie de sesiones. Más de una vez como expectadora me encontré pensando: y a mi que joraca me importa!!!!
El otro gran romance es con uno mismo (recuperación de autoestima le llamo yo).
Normalmente uno llega al consultorio falto de afecto con uno mismo. La decisión de pedir ayuda para ordenar la vida tiene que ver con una conciencia de que "algo estoy haciendo mal". Seguramente ese pensamiento se ve reforzado por quienes nos acompañan (marido,padres,amigos,hijos) que no dejan de decirnos lo insoportables que somos/estamos, lo intransigentes que nos pusimos, lo desacertado de nuestro accionar, etc.
Eso conlleva un inevitable enojo con uno mismo. Y que es lo primero que hace el terapeuta? Te dice que te PRIORICES. Te hace preguntas que hace tiempo no te hacés ni nadie te hace.
Vos que querés? Vos que tenés ganas de hacer? A vos te importa?
Y es muy movilizante para uno que viene de un alto entrenamiento en tratar de adivinar qué quieren los demás, que necesitan, que te reclaman, etc.
Pensar en uno no es un ejercicio fácil para muchos de nosotros.
Mucho menos pensar en uno sin dejar de pensar en los otros. Esa es la parte que el terapetua no te alerta de tener en cuenta. Así que llevado casi por un torbellino te ves pensando en vos como nunca lo hiciste antes tal vez. Pero con un error de concepto las más de las veces.
Eso tiene un costo muy alto para el desprevenido paciente.
Inflar el ego no siempre ayuda a la relación con los otros. Esos a los que el terapeuta no analiza ni tiene como pacientes. Ergo no ve como se sienten afectados drásticamente por la nueva personalidad del analizado.
Y comienzan otros problemas, que antes no estaban y con los que va a haber que lidiar.
El terapeuta no te lo va a advertir. A lo sumo te dirá que los otros van a hacer "resistencia" a tus cuambios. Pero claro, como no la van a hacer? Las reglas del juego estan a punto de cambiar a ellos nadie les preguntó ni los anotició. Y van a patalear. Cuanto debería preocuparte esto? Nunca tengo la respuesta.
Lo que si se seguro, porque lo viví y porque lo ví en otros, todo será más caótico que antes de empezar la terapia.
Es una advertencia digamos.
Para que no te pase. Para que no te conviertas en un ego camianando aunque sientas que tu terapeuta ve con buenos ojos este cambio en vos.
La autoestima tiene un equilibrio delicado que si crece de golpe crea más problemas que beneficios.
Estas advertido!
Igual seguro de nada servirá. Cada uno hará su propio proceso y descubrirá sobre la marcha que le sirve y que debe ignorar.
Mal que les pese al resto de los mortales.

No hay comentarios: