martes, 14 de abril de 2009

Se me mueren los sueños

Hablando con un amigo me di cuenta hoy que diferente estoy a la que era ayer.
Ayer hace como veinte años digo. Pero recién me doy cuenta.
Yo era de esas que se pasaba por el tujes los dichos de Rousseau cuando lo leía en la Universidad. Todo eso de la declinación moral del hombre desde su estado de naturaleza hasta la civilización.
Cómo la civilización va a corromper al hombre. Inaudito, cosa de improvisados que quieren llamar la atención pensaba.
Y hoy me encuentro asintiendo con la cabeza. Vivo en un estado de confusión tal cuando veo nuestras instituciones, la decadencia, políticos sin verguenza alguna, ciudadanos que no saben ni queren saber en lo más mínimo de que se trata.
Estoy tan enojada con nosotros mismos. Conmigo, con ustedes, con el mundo todo.
Cómo llegamos hasta acá. Y lo que es peor: hay alguna manera de volver a ser lo que nunca fuimos?
Siempre si algo me iluminó fue la esperanza. Tibia, a veces lejana , pero siempre ahí.
Y hoy que voy y la tanteo no la siento. Agudizo un poco los sentidos y pensando que se fue más lejos hago pasos y nada. No está por ningun lado.
Entonces busco en mi cabeza los recuerdos de mis charlas con mi abuelo. Que vino de la guerra, de la matanza de los turcos, de la revolución del 55. Decía siemrpe lo mismo. No hay salida. Esto está podrido.
Yo pensaba pobre. Claro. Cómo iba a pensar otra cosa? Con lo que vivió. Y me colocaba justo en frente. Donde el sol era tibio. Y las certezas eran amigas y querían entrarme.
Pensaba que era cosa de viejos que vivieron la guerra y no pudieron superarla.
Pero yo sólo viví una guerra de mentirita. La de Malvinas. Con soldados de verdad. Y poca hambre, cuando quería hacer dieta. Y padres presentes. Y algo de militares pero también democracia. Así que no puede ser que esto que siento sea por que me estoy poniendo vieja, ni por las secuelas de la guerra. Es otra cosa. Qué es?
Puro hastío. Mirada fija en la realidad que ya no manipulo. Que me entra así como viene. Cruda, sin concesiones.
Pibes que se mueren todavía de hambre, enfermos que esperan en los pasillos para no ser atendidos nunca, gente sin consuelo que llora sus hijos muertos, justicia que no llega, ladrones que trafican con las donaciones a los de Tartagal.
Y la confusión. Cómo reconocerlos si son igual que yo? Leídos, verborrágicos, señores, funcionarios. Cómo reconocerlos?
Hoy no tengo consuelo.

5 comentarios:

Sandra Pasquini dijo...

Lo peor, no está en no reconocer al otro perdido en las semejanzas, lo pero está en consentir desde el silencio, quedan mil cosas por hacer, para no dejar que este caos de insania se apodere de nuestros días, yo quiero decir que la guerra "de mentira" se llevo juventudes, inocencias, vidas por vivir, y que los militares no fueron un ratito,y que la desaparición, la tortura, la muerte, la guerra, el hambre, los abusos y la mentira, la corrupción, la ingominia y el estado de naturaleza aún siguen entre nosotros y se multiplican cada vez, que como suele pasar creemos que nos vamos quedando sin esperanza, la esperanza está en la lucha diaria por hacer la diferencia.
Habrá que seguir soñando, pero mientras tanto habrá que ir haciendo caminos, soñar por soñar no tiene mayor relevancia.

Susa dijo...

Me rectifico con algo de verguenza por no haber sido específica. La guerra fue de mentira para nosotros,los que la vivimos por tv. No lo fue para los que murieron y tuveron que seguir viviendo con los recuerdos,heridas y encima nuestra desidia por reconocerlos como heroes, patriotas y representantes de una Argentina devaluada en su patriotismo.
Anécdota casera:Mi abuelo(armenio atacado por los turcos allá lejos) no toleraba que dejáramos nada en el plato. Decía:usted no sabe lo que es el hambre hija, coma, nunca se sabe. Yo pensaba:qué vivió?Cuál fue su infierno?
Tantos años después seguía pendiente de que la comida no se desperdiciara. Siempre me impactó de manera visceral su visión de la vida. Incluso su visión de la muerte.Como tan incoroporada a la vida. Como otra cara de una misma moneda. Cuánta sabiduría.
Mientras te contesto y agradezco tus palabras me estoy dando cuenta cuanto lo extraño. Ya no tengo alguien que me recuerde de forma tan sencilla el valor de la vida.
Bye Sandra.
Susa

Fedelux dijo...

Hola, es la primera vez que comento en tu blog. Alguna vez tuve la misma sensación de lejanía y distancia de mí mismo cuando reflexioné sobre cómo cambié a lo largo de los años. Indudablemente somos información que se traslada y que aglutina la materia alrededor, se llame cuerpo, casa, trabajo, pareja, etcétera. Esta forma de pensar "cuántica" me sirve no para tener esperanza sino fe y certeza. En mí mismo para empezar y en el hombre que asume su responsabilidad para continuar. En un taco sabio leí algo así como: "Muy lindo es soñar, pero más lo es despertar". Yo no sé si la civilización pudrió al hombre, sí sé que la falta de fe es devastadora. Saludos. Fedelux.

adry brovia dijo...

Para mi,todo es unproblema de educación (y soy docente).
Ningún político quiere cultos entre los que votan, y si están desnutridos...mejor...piensan menos porque no pueden...son más fáciles de manejar...
Si desde el Jardín de Infantes les enseñamos a ser solidarios...¿Dónde se pierde este valor a aprehender y a aprender?
lo que se es que te tengo que decir que no pierdas la esperanza...no todo está perdido...somos muchos los que luchamos cada uno desde su lugar para cambiar algo, y aunque parezca poco...en algún momento veremos los resultados...
Me niego a pensar que nos van a poder llevar por delante por siempre...algún día abriremos los ojos...y no se les hará tan fácil...
un abrazo...
Te seguiré leyendo.
Adriana

Susa dijo...

Qusiera aportar ya que leo que hay docentes por aquí algo que me parecío interesante y divertido.
Lean la entrevista a Juan José Millás: “Si fuera adolescente hoy, no sería lector”. Fue una brisa fresca.(http://blogs.clarin.com/diariodelaferia/posts)