miércoles, 25 de mayo de 2011

Córre Santino, córre!

Yo tengo un nieto que es un nieto a lo lejos. Algunas veces comparto un acto escolar como hoy día de nuestra patria.
Tiene tres años y entiende poco de lo que se espera de él. O simplemente no está dispuesto a concederlo.
Soy una espectadora de su vida por eso de señora Ud. no se meta que yo se cómo criar a mi hijo.
Los jardines de niños son esos lugares que la sociedad usa para domesticar gente.Y los padres están de acuerdo con esa metodología onda Pavlov de causa y efecto.
Les hacen repetir mucho una misma conducta para que luego al ver una señal dejen contentos a mami y papi que custodian al fotógrafo que dejará el momento plasmado.
El caso es que este niño resiste todavía entender las reglas y en el momento dado de hacer su numerito hiere la expectativa de la convocatoria. MIra a su alrededor y decididamente la emprende raudo al claro más visible.Claro que siempre hay un brazo dispuesto a quebrar el intento y es traído nuevamente al centro de la escena.Tantas veces repitió el intento como el brazo neutralizó al rebelde.
La inversión en el trajecito primoroso no rindió su fruto y se notaba en el desencanto de su mamá.
Todo eso visto desde las gradas fue para mi de una emoción poco ortodoxa.Hacía fuerza en cada intento de huída ahogando un grito de córre Santino, córre! No te dejes atrapar.
Pero yo sí aprendi lo que el jardín tenía para enseñar y no dije palabra.

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